El sol brillaba con todas sus fuerzas, su color amarillo era intenso, y me inspiro, para darle al banco de madera blanca
y ligeramente envejecido, unos tonos que nos recordará su presencia diaria.
Una mesita velador con un velón encima de la misma, ambos en color blanco, nos quería simular la torre de control de ese nuestro velero, que pronto surcaría por nuestro Mar.
Banco, en madera de color blanco roto, con terminación en
envejecido, con colchoneta en lona cruda en la base y unida a la misma por unas
correas en cuero natural. En los brazos, cojines realizados al tamaño de su
ancho, en la misma tapicería y con el detalle de las correas de cuero. Para
romper con la monotonía del color se le aplico unos pequeños detalles en color
amarillo.
Durante estos días que hemos estado preparando esta muestra, la brisa venía a nosostros, a acariciar nuestra piel, y de forma continua, soplaba un suave viento que nos llevaba a pensar que aquel velero sería capaz de navegar por las aguas de este mar azul.
El cuadro, es una obra de un gran amigo mio, que mientras yo realizaba el pintado de los muebles. El, inspirado en los veleros que cruzaban delante nuestro, una y otra vez, a lo largo de la jornada, realizó
esta impresionante acuarela, en tonos azules el casco del barco y difuminados tonos en sus velas por ese constante ir y venir del viento que lo bambolea entre las olas. El marco, ha sido recuperado de un viejo cuadro y
tras una pequeña transformación conseguimos adecuarlo a la nueva obra.
Espero que os haya gustado y cualquier cosa en la que estéis interesado podéis contactar conmigo.
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