Mi clienta tenía un sillón estilo Luis XV, que quería darle una imagen nueva y ubicarlo
en un lugar diferente. Se puso en contacto conmigo, y no resultó difícil su
transformación, ya que el estilo del sillón, y el buen estado de conservación,
me permitían hacerle modificaciones para conseguir el objetivo que se
pretendía.
El lugar donde había que ubicarlo es en una habitación de un
ático en un pueblecito del Pirineo. El
techo y una de las paredes, forradas en
madera, las otras, una de ellas, en tono
crudo y la última en tono gris. El cabecero de cama esta tapizado en terciopelo
gris.
Tras un decapado del mismo, le pinte en tono gris perla, y a
todos los relieves junto con la rejilla del respaldo le aplique pintura en tono
plata, que posteriormente fui reduciendo para conseguir un aspecto más
envejecido. Para el pequeño detalle del tapizado de los brazos, igualmente
elegimos una tela estampada en tonos grises y plateados. El asiento del sillón se tapizo con una piel de cordero en
tono claro, dándole ésta bastante
volumen. El contraste de tonos nos propicio bastante luminosidad en la esquina donde iba a ser
ubicado.
Para que no se sintiera solo, le acompañamos de un baúl, en
negro y madera, al que, en algunas zonas del mismo, lo tapizamos con papel plateado, para conseguir
el punto de unión con el sillón. Y así
mismo y en un tono de plata envejecida le pinte un pie de lámpara con una tulipa
en color gris, y todo ello, se colocó
sobre una alfombra estilo persa en tonos
granates y tejas. En la pared de detrás del baúl y por encima de este, coloqué
un cuadro de ventanas de la localidad, con
marco en blanco para darle más color al espacio y un corazón en pizarra negra
para recordarnos donde nos encontramos.